en el patio del hogar santa isabel, vigo

jueves, 2 de agosto de 2012

por fin un trabajo

pocas semanas después de la visita  del tío jesuita, recibo una llamada.

Es la hija de una de las amigas que visitamos o de una amiga de una amiga, ya no lo sé, habíamos visto a tanta gente....

Es madre soltera como yo... pero es madre soltera de muy buena familia.
Trabaja en un banco.
vive sola con su hijo en un piso pequeño antiguo cerca del centro, tardo poco más de diez minutos en llegar andando.
es un piso con muebles muy sencillos y muy hogareños.
Tiene una salita, dos dormitorios y una habitación que utiliza para la plancha y los trastos que nunca se sabe donde meter.
Su hijo tiene unos cinco o seis años y va a un colegio bilingüe.. que narices es eso??? un colegio bilingüe?? tomo nota mental para preguntarlo, no voy a quedar de cateta.

necesita una chica de confianza.
el trabajo es muy sencillo
tengo que ir a las once y media, doce de la mañana, mantener la casa limpia.. y luego a la una bajar a buscar al niño al autobús,
hacer la comida o calentarla si ella la deja hecha, comer los dos y luego ya depende de mí.
Se trata de que deje la cocina recogida.. si lo puedo hacer antes de llevar al niño de vuelta al autobús no hace falta que vuelva y si no... pues vuelvo y yasta.

cuando no haya colegio o el niño esté enfermo.. tendré que cubrir todo el horario de trabajo de ella.

Ella no puede pagarme mucho, el sueldo serán 7 mil pesetas entiende que es un sueldo muy bajo para una madre soltera, entiende también que con el horario tan centrado me va a impedir buscarme otras casas, y por ese precio entiende que solo puede exigir que la casa esté bien no que me pase el día limpiando techos y lamparas.

nos veremos pocas veces, nuestra forma de comunicación son las notas encima de la mesa de la cocina.


Acepto.. claro que acepto.
El niño es inteligente está muy bien educado y enseguida nos cogemos cariño.


los tres estamos cómodos, su madre me llama alguna vez por teléfono y siempre me deja muy claro que está muy cómoda conmigo.


siete mil pesetas para mí es muy muy justo, pero puedo arreglarme, incluso puedo volver a meter algo de dinero en el banco ... por lo que pueda pasar.


Al entrar en aquella casa me siento como si fuese mi casa, lo convierto en el lugar de referencia, quiero tener algo así para ana y para mí.


Muchas veces voy antes por el simple hecho de esta allí, para hacer las cosas con tranquilidad para sentarme a tomarme un café sola, tranquila mirando por la ventana.


Algunas veces me encarga alguna compra, sobretodo fruta y verdura, hay un mercado, lo que en el norte se llama "la plaza" a la vuelta.
Hablar con las aldeanas que traen sus verduras para vender me recuerda a mi gente, y sobretodo me lleva a cuando era niña e iba con mi madre de puesto en puesto.. regateando.


Poco a poco me van conociendo, me hago habitual de algunos puestos... tomo decisiones, poco a poco vuelvo a ser un poco más yo, un poco más hija de mi madre.

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