en el patio del hogar santa isabel, vigo

jueves, 7 de junio de 2012

el viaje

la hermana secundina trata de ocupar el lugar de la hermana ines, pero yo no la dejo.
Para ellas y mas en el 83 no existe la opción del aborto pero si es una muy buena opción la adopción. 
Trata de convencerme, pero yo soy terca como una mula, y entonces me ayuda a prepararlo todo.
juntas hacemos dos vestidos premama sacados de una revista de los setenta... o los sesenta, eran infumables.
me ayuda a elegir la ropa que me puede valer en los próximo meses juntas compramos una maleta inmensa... no había maleta mas grande en el miles de kilómetros a la redonda... y la llene. 
yo soy una chica delgada, llevo mis vaqueros de la talla 34 y mis jerseys flojos cuatro tallas mas de la mía, jerseys que me llegan casi por la rodilla hombros a mitad de brazo.
el día que no puedo abrocharme el vaquero la hermana secundina me anuncia... ya no puedes quedarte mas tiempo aquí, se te empieza a notar y no es bueno para el resto de chicas.
en algún momento me dan un papel escrito a mano con la dirección del centro de madrid
C/ isla malaita ... y yo leo isla malDita y me quiero morir, me ofendo, me enfado, digo que no es se puede poner un nombre así a una calle que alberga un centro de madres solteras... alguien me hace caer en la cuenta de mi error pero por alguna razón yo me quedo con el maldita grabado a fuego.

Una maleta
enorme
marrón
allí estaba toda mi vida, en ella iban mis sueños y mis miedos.

un autobús hasta madrid... madrid se me antoja una ciudad enorme que me va a tragar, el viaje lo hago con la hermana secundina y otra monja... no me acuerdo quien, creo que era una visitante, luego las dos se quedarían en la casa de la congregacion en madrid unos días. 
ellas dos van delante sentadas juntas y yo ocupo el asiento de atrás sola con mis miedos, poca conversacion, muchos miedos.
llegamos a madrid e inmediatamente cogemos un taxi que nos lleva a peñagrande, porque era el ·"colegio de peñagrande".
las monjas hablan entre ellas como si yo no estuviese, ellas se conocen, mas chicas del covadonga han acabado allí.
 les doy un beso de despedida, la hermana secundina me dice que vendrá a verme antes de volver a oviedo y entro arrastrando aquella maleta que pesaba tres veces mas que yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario